Nada más profundo que tu piel
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Lecciones sobre la piel que me han dejado tres décadas de trabajo
Después de trabajar 30 años como dermatólogo quiero compartir con vosotros lecciones que he aprendido sobre mi especialidad y sobre el mayor órgano humano. Todas son sinceras y con base científica
Nuestra piel dice más de nosotros que nuestra ropa. Somos nuestra piel. El sol tiene más efectos beneficiosos que perjudiciales. Pero evita quemarte. Si te pica la piel, lo más seguro es que la tengas seca: aplica una crema hidratante. Y ten en cuenta que el agua que bebes no hidrata la piel. La cortisona es un fármaco incomprendido: bien usada es una medicación magnífica.
Cuanto antes trates una cicatriz, el tratamiento será más eficaz. Tienes un 40% de posibilidades de desarrollar cáncer de piel a lo largo de tu vida. Ni la psoriasis, ni el vitíligo ni la lepra ni el covid se transmite por tocar la piel de otra persona. Mantente delgado. Eliminando el sobrepeso se curan muchas enfermedades de la piel. Si después del embarazo o de haber pasado el covid se te cae el pelo, lo recuperarás en unos meses, con o sin tratamiento. También debes saber que, a través de la piel, las uñas y el pelo se pueden diagnosticar más de mil enfermedades.
Estos años he aprendido mucho sobre estética. Aunque sean temas frívolos, quizá te interesen. Por ejemplo, he comprobado que la vaselina puede ser una gran crema hidratante en determinadas situaciones, que una crema antiedad no te quitará una arruga ni mejorará la flacidez y que las cremas anticelulíticas, antiestrías y reductoras tienen algo en común: su falta de eficacia. Los champús anticaída no funcionan. Lávate el pelo todos los días si puedes. No pasa nada. El chocolate no produce acné. Y el acné se puede curar siempre. ¡Ah!, y los parabenos no producen cáncer.
Mitos aceptados
La lucha contra el envejecimiento la tenemos perdida desde el nacimiento. Durante estos años he aprendido que la principal causa de que parezcamos más mayores no es el sol sino los enormes cambios que ocurren en los huesos y en la grasa de nuestra cara. Los gurús del antiaging también envejecen. Preocúpate más en poner vida a las arrugas que en quitar arrugas a la vida. Si te tratas la cara, no te olvides del cuello y del dorso de las manos. Y recuerda que los resultados discretos son los más elegantes.
Lo natural está sobrevalorado. La cicuta es natural. Las cremas o los jabones naturales producen más alergias e irritaciones que los productos sintéticos. Y las hierbas o los suplementos orales en ocasiones tienen efectos secundarios. Las farmacéuticas son un gran negocio, pero la medicina natural también es otro gran negocio, aunque menos controlado. Y aporta mucho menos a la sociedad.
El gluten no es malo para la piel, a menos que seas celiaco. Una dieta saludable coincide con una dieta dermosaludable. El mejor antioxidante: el gazpacho. También he aprendido que muchas enfermedades se curan solas. Y que la mente y la piel están muy relacionadas. Y que el deporte tiene un gran poder terapéutico. Pitágoras decía que una buena ancianidad es la recompensa de una bella vida. Se envejece como se vive.
No hay que distinguir entre dermatología pública y privada, sino entre dermatología buena y mala
Los años me han enseñado que no hay que distinguir entre dermatología pública y privada, sino entre dermatología buena y dermatología mala. Y que los médicos debemos leer lo último y usar lo penúltimo. Si un médico es el único que hace una técnica, desconfía.
A los dermatólogos del futuro habrá que enseñarles inteligencia artificial, pero también inteligencia emocional. La inteligencia artificial sustituirá a los médicos que no tengan empatía con los pacientes. Nos tiene que importar lo que piensen nuestros pacientes y no nuestros colegas. Y Google te ayudará a encontrar al dermatólogo que maneje mejor las redes sociales.
Por último, me he dado cuenta de la potencia del mensaje de Willian Osler: “El buen médico trata la enfermedad; el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad”.
Nuestra piel dice más de nosotros que nuestra ropa. Somos nuestra piel. El sol tiene más efectos beneficiosos que perjudiciales. Pero evita quemarte. Si te pica la piel, lo más seguro es que la tengas seca: aplica una crema hidratante. Y ten en cuenta que el agua que bebes no hidrata la piel. La cortisona es un fármaco incomprendido: bien usada es una medicación magnífica.
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