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Ni gluten ni lactosa: entre la moda y la alarma
Aumenta el consumo de productos sin gluten y sin lactosa. A menudo se recurre a la autoprescripción, sin una necesidad de salud detrás
Recientemente hemos visto que los productos sin lactosa y sin gluten son tendencia. Este cambio de comportamiento tiene un componente muy particular, y es que se unen en esta corriente una necesidad real, pero también alarmismo por parte de voces que pintan estos elementos como muy dañinos y, por supuesto, la industria alimentaria, que se ve afectada por todos estos cambios y es capaz de sostener mentiras como que son imprescindibles en nuestra alimentación.
Repasemos qué hay de cierto en todo esto.
La necesidad real
La lactosa no es precisamente un nutriente que se caracterice por una asimilación sencilla: cerca del 65% de la población mundial tiene su capacidad de digerir la lactosa mermada.
En cuanto al gluten, no solo hay gente sin diagnosticar, sino que cada vez tenemos más información de la sensibilidad al gluten no celiaca, una condición en que a las personas les sienta mal el gluten a pesar de no tener el diagnóstico de celiaquía. Este porcentaje de la población es mucho mayor (entre el 5-7%) que el de las personas diagnosticadas correctamente de celiaquía (1-2%).
Dentro de esta realidad, que haya productos bien identificados y catalogados como 'sin lactosa' y 'sin gluten' corresponde a una ayuda real. Pero ¿siempre está justificado?
La moda: ¿son el origen de todos los males?
No siempre está indicado ni es imprescindible seguir una dieta exenta de estos dos compuestos. Uno de los motivos que hay detrás de esta pauta es que la gente al seguir este tipo de dietas puede mejorar relativamente respecto al punto de partida.
El error es asumir siempre que la mejoría es por dejar de tomar gluten cuando en muchas ocasiones se debe a una simple mejora del patrón alimentario: no es que te sentase mal el gluten, es que te ha venido muy bien dejar de consumir bollería, galletas y harinas refinadas.
No es que te sentase mal el gluten; es que te ha venido muy bien dejar de consumir bollería, galletas y harinas refinadas
La prescripción de leches sin lactosa por otros motivos diferentes a la intolerancia a este nutriente cada vez es más común, y está a la orden del día encontrar empresas que anuncian sus lácteos sin lactosa como 'más convenientes', 'más saludables' o 'menos indigestos' sin que necesariamente tenga que ser así.
También son frecuentes las menciones en productos que se catalogan 'sin lactosa' cuando no es relevante. Ya saben, al estilo de 'aceitunas sin colesterol' o 'macedonia sin lactosa', que no hacen más que sumar confusión al consumidor.
Por lo tanto, dentro de la vertiente alarmista, parte de la industria alimentaria está sacando su pequeño pellizco sumándose a estas tendencias desde un punto de vista de conveniencia.
Alarmismo por los 'peligros'
Dentro de la transición alimentaria que estamos viviendo por estas dos tendencias, se han alzado voces que de manera completamente acientífica están alertando de que consumir productos 'sin gluten' es peligroso. Muchas veces, además, con conflictos de interés, dado que la industria del pan o la industria láctea se ven afectadas.
Realmente no es así, tanto la lactosa como el gluten son dos sustancias prescindibles en nuestra alimentación, no son esenciales y, por lo tanto, no juegan un papel fundamental en nuestra nutrición.
Con respecto a las alertas que hay matizando que los productos sin gluten son poco saludables, hay que añadir una aclaración: sí que es cierto que los productos sin gluten pueden tener peor perfil nutricional que otros productos homólogos, pero eso no convierte al gluten en un nutriente 'protector' ni 'conveniente'. Se trata de una cuestión de sentido común.
¿Cuáles son los productos que suelen ser versiones sin gluten? Sencillo: productos procesados o ultraprocesados que tienen en su composición algún derivado de una harina. Por lo general, pastas, dulces, masas, galletas, bollería, comidas preparadas… Es lógico que estos productos no tengan un perfil saludable, porque por lo general los alimentos que son saludables no tienen entre sus ingredientes el trigo o la harina. Lógica pura en una dieta saludable que debe estar basada en materias primas frescas, ¿no?
A veces se nos olvida que hay cosas 'sin gluten' o 'sin lactosa' a las que no se han 'quitado' estos compuestos, sino que simplemente están exentas de estos nutrientes.
Frutas, verduras, legumbres, hortalizas, carne, pescado, huevos, frutos secos, semillas, aceite… Todo ello está libre de gluten y lactosa. Porque lo que es saludable es simplemente basar la alimentación en alimentos mínimamente procesados.
Quizá tenemos que dejar de huir de elementos concretos y valorar los alimentos en su conjunto. Eso no entiende de modas, de miedos ni de presiones de la industria.
Recientemente hemos visto que los productos sin lactosa y sin gluten son tendencia. Este cambio de comportamiento tiene un componente muy particular, y es que se unen en esta corriente una necesidad real, pero también alarmismo por parte de voces que pintan estos elementos como muy dañinos y, por supuesto, la industria alimentaria, que se ve afectada por todos estos cambios y es capaz de sostener mentiras como que son imprescindibles en nuestra alimentación.
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