En boca de todos
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Bruxismo, deporte y trastornos del sueño. ¿Qué tienen que ver?
Dormir mal impacta negativamente en nuestra vida, en diferentes aspectos que van desde el rendimiento deportivo a la salud (diabetes, hipertensión, etc). Con frecuencia, la causa está en problemas de la boca y de la articulación de la mandíbula
Hace cuatro años, estaba preparándome para una carrera; en concreto, un triatlón por la costa catalana. Tras muchos años de montar en bicicleta de montaña, me enfrentaba a un entrenamiento mucho más metódico y duro de lo que podía imaginar. Un preparador físico me recomendó ir a nadar tres veces por semana, salir en bici otras tres veces y correr otras dos. Me hizo un plan de entrenamiento y un plan de seguimiento, para analizar mi progreso.
Tras los primeros tres meses, pudimos apreciar una mejoría dramática en mi rendimiento, pero llegué a una especie de meseta que me costaba horrores superar. Me encontraba muy cansado, y la mayoría de las veces que salía a entrenar, me suponía un estrés físico y mental desmesurado. Arrastraba el sueño durante todo el día. Un día desperté con la sensación de haber estado apretando los dientes con más ganas de lo normal. ¿A alguien le resulta familiar esta sensación, tras haber pasado una época de estrés?.
Para un deportista, tan importante es una sesión de entrenamiento como el descanso necesario para recuperar el tejido muscular
Los deportistas de élite tienen programado no solo la duración y el tipo de entrenamiento. También la dieta, como bien sabemos. Pero lo que mucha gente no sabe es que también se les monitoriza el descanso y el sueño. Tan importante es una sesión de entrenamiento como el descanso necesario para recuperar el tejido muscular destruido, permitir su hipertrofia y la adaptación metabólica al nuevo rendimiento requerido. ¡¡Muchos ciclistas tienen que dormir más de 10 horas al día!! Eso incluye en ocasiones dormir a media mañana y después de comer, y no solo en deportistas españoles sino de todo el mundo. Bien, ¿qué tiene que ver todo esto con la boca?
La boca habla
El bruxismo y el desgaste dental están íntimamente relacionados con los trastornos del sueño. La falta de sueño reparador o suficiente se asocia instintivamente con cefaleas, dificultad para la concentración, irritabilidad o depresión, entre otros. La falta de sueño nos hace menos productivos, nos hace tomar decisiones equivocadas y, en definitiva, nos impide dar el 100% de nosotros mismos.
Por otro lado, el insomnio también se asocia fuertemente con el bruxismo, por ello el dentista puede ser un aliado a la hora de mejorar nuestra salud general y nuestro rendimiento diario. El dentista no solo diagnostica y trata los dientes y demás tejidos orales, sino que también puede leer a través de la boca.
La presencia de desgaste dental nos indica que el paciente es apretador y/o rechinador (bruxista). Así mismo, las dolencias de la articulación témporo-mandibular (ATM) casi siempre son un reflejo de sobrecarga y parafunciones orales; la hiperactividad muscular, apretamiento excesivo y movimientos excesivos del bruxismo acaban agotando y dañando la articulación progresivamente. Por otro lado, el bruxismo se da en la mayoría de pacientes con trastornos del sueño del tipo apneas e hipoapneas obstructivas (síndrome de apneas e hipopneas del sueño – SAHS). De este modo, cuando visitamos al dentista, no solo debemos esperar cuidar, tratar o mejorar nuestra sonrisa, sino que también podemos mejorar de forma dramática nuestra calidad de vida a través del tratamiento del bruxismo, desgaste dental y síndrome de apneas e hipoapneas del sueño.
Las herramientas del dentista
Las herramientas de las que dispone el dentista en este sentido comienzan por el diagnóstico. Aunque no seamos conscientes de dormir poco o mal, la presencia de dientes desgastados, limados, cada vez más pequeños, nos puede avisar de una falta de descanso adecuado. Adicionalmente, debemos informar a nuestro dentista si dormimos mal, pues esta información puede encaminarnos hacia tratamientos que pueden mejorar enormemente nuestra calidad de vida.
La siguiente arma de la que dispone el dentista es la planificación y tratamiento de dichos problemas. En primer lugar, una boca completa, con todos los dientes y bien alineados, con contactos al masticar adecuados, siempre protegerá la ATM mejor que una boca con dientes muy apiñados, o que una boca en la que falten muchos dientes. Por otro lado, si es necesario, se debe recuperar la parte del diente o dientes que se ha perdido por el bruxismo, así permitiendo que la boca tenga una altura y funcionalidad más competentes. Las clásicas férulas de descarga, placas protectoras del apretamiento, suelen ser tratamientos que ayudan considerablemente a frenar las consecuencias del bruxismo, incluso a disminuir su severidad.
El dentista tiene la posibilidad de ayudar en nuestra capacidad de respiración en muchos casos. De hecho, el crecimiento cráneo-facial influye en gran medida en nuestra capacidad respiratoria. Tanto es así, que hay niños que tienen dificultades escolares debido a hipodesarrollo de los huesos de la mandíbula o el maxilar. Por ejemplo, una mandíbula excesivamente pequeña o retrasada impide la entrada de suficiente aire, provocando somnolencia, capacidad de concentración limitada, e incluso retraso madurativo y/o psicomotor. Debido a la importancia de un crecimiento anatómico facial y oral normales, es importante llevar a los niños al dentista desde muy pequeños, idealmente desde que salen los dientes de leche. En los adultos, un tratamiento de ortodoncia puede ayudar a cambiar la posición de los huesos maxilar y mandíbula entre sí, e incluso ampliar la capacidad de ventilación de las vías aéreas superiores.
Por último, en algunos casos, se debe indagar en la posibilidad de que el paciente sufra de trastornos del sueño debido a factores anatómicos (apnea obstructiva) o neurológicos (apnea central). El dentista tiene la capacidad de detectar y actuar sobre las apneas obstructivas leves y moderadas. Existen dispositivos que ayudan a recolocar la mandíbula en una posición más adelantada, con el objetivo de evitar que la mandíbula se desplace hacia atrás al dormir (dispositivo de avance mandibular, DAM). Son en general similares a las férulas transparentes de retención de ortodoncia, o a las férulas de descarga para el bruxismo, pero algo distintas, ya que no permiten que la mandíbula se descuelgue hacia una posición perjudicial para el flujo aéreo durante el sueño. El dentista es el encargado de prescribir y colocar dichas placas, además de elegir la más adecuada para cada paciente.
¿Por qué es importante tratar los trastornos del sueño?
Los trastornos del sueño no sólo se relacionan con síntomas como la somnolencia o las cefaleas. También implican un riesgo aumentado de desarrollo o empeoramiento de enfermedades cardiovasculares, epilepsia, diabetes, hipertensión, demencia, insuficiencia renal, psoriasis, y otras. El SAHS está casi siempre presentes en pacientes con ictus, por ejemplo.
¿Cómo puedo saber si tengo trastornos del sueño?
Los ronquidos suelen asociarse con los trastornos del sueño, aunque su ausencia no siempre indica que no exista SAHS. Muchos pacientes con SAHS se despiertan con sensación o sueños de ahogo. Nuestra pareja puede saber si rechinamos los dientes al dormir. Adicionalmente, la necesidad de orinar por la noche (nicturia) suele estar relacionada con el SAHS.
¿Qué puedo hacer yo para reducir sus efectos?
El primer factor en el que podemos actuar es en nuestra alimentación; la obesidad está estrechamente ligada a los trastornos del sueño. La ingesta de alcohol puede influir en la calidad del sueño. El azúcar también puede 'despertarnos y activarnos' si lo tomamos cerca de la hora de dormir. La llamada higiene digital, es decir, reducir el uso de dispositivos móviles después de cenar, también juega un papel importante en nuestro descanso.
Por otro lado, si tenemos dientes desgastados, limados, cada vez más pequeños, o si nuestra pareja nos dice que roncamos o rechinamos, debemos acudir al dentista. Afortunadamente, casi siempre se puede mejorar, y los resultados se pueden apreciar de forma notable, ya sea gracias a la ayuda al desarrollo cráneo-facial, tratamiento del desgaste y del bruxismo o al tratamiento de las apneas obstructivas del sueño.
El rendimiento que ofrecemos depende de muchos factores. Quizás uno de los más importantes sea el descanso. Sin un descanso adecuado, es imposible dar lo mejor de nosotros mismos para trabajar, socializar o rendir para una prueba deportiva. Por suerte, a menudo hay un gran margen de mejora en nuestro descanso. El profesional de la salud, en concreto el dentista, puede ayudarnos a mejorar sustancialmente nuestra vida a través de nuestra salud oral.
Hace cuatro años, estaba preparándome para una carrera; en concreto, un triatlón por la costa catalana. Tras muchos años de montar en bicicleta de montaña, me enfrentaba a un entrenamiento mucho más metódico y duro de lo que podía imaginar. Un preparador físico me recomendó ir a nadar tres veces por semana, salir en bici otras tres veces y correr otras dos. Me hizo un plan de entrenamiento y un plan de seguimiento, para analizar mi progreso.
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