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Un viaje alrededor del fascinante mundo de la odontología
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Beatriz R. Vilaboa

En boca de todos

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Un viaje alrededor del fascinante mundo de la odontología

Más de 130 años separan a Boston de Bensheim, dos ciudades que han marcado un hito en la historia de esta disciplina. La primera con el nacimiento de la anestesia; la segunda, con la digitalización. Este es el recorrido

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Hasta llegar a la extensa variedad de tratamientos dentales disponibles en la actualidad ha sido necesario recorrer un largo camino, repleto de innovación tecnológica.

Boston, Hospital General de Massachusetts. La anestesia

El año 1845 marcó un antes y un después en la historia de la medicina. La demostración en un paciente en el Hospital General de Massachusetts de una nueva técnica para eliminar el dolor permitió que la cirugía diera un paso de gigante en la resolución de condiciones médicas. España estaba a punto de perder su imperio cuando la medicina en general y la odontología en particular estaban a punto de ganar una técnica que permitiría al paciente no sufrir dolor y al médico, al cirujano y al dentista disfrutar de su profesión al poder curar sin infligirlo.

Rochester, Eastman Dental Center. La odontología adhesiva

Hasta bien entrado el siglo XX, la odontología requería la eliminación de tejidos dentales para llevar a cabo gran parte de las restauraciones necesarias.

Occidente se recuperaba de los estragos de la Segunda Guerra Mundial cuando, en 1955, el dentista Michael Buonocuore empezaba a investigar en el Eastman Dental Center de Rochester el uso de una nueva técnica que permitiría la adhesión a la superficie del diente sin la necesidad de llevar a cabo reducción de estructura dental. Había comenzado una revolución: la revolución adhesiva.

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Como en muchos de los grandes inventos y descubrimientos, Buonocuore se inspiró en la aplicación de técnicas similares desarrolladas en otros campos de la ciencia. La pujante industria del automóvil desde hacía un tiempo ya trataba las superficies metálicas con ácido fosfórico para incrementar la adhesión a la superficie de metal.

La investigación de Buonocuore permitió que la odontología clásica se enriqueciera con lo que hoy conocemos como odontología adhesiva.

Universidad de Gotemburgo. La osteointegración

La innovación en las técnicas de adhesión permitieron el desarrollo de una gran variedad de aplicaciones, calificadas hoy como 'mínimamente invasivas' que permiten restaurar y recuperar la estructura dental sin la obligación de tallar o reducir previamente el diente. Prueba de ello son las restauraciones directas con composite, las restauraciones indirectas de porcelana como las láminas, también llamadas facetas o carillas.

Sin embargo, la reposición de los dientes perdidos requería de la intervención en dientes adyacentes o del uso de la aparatología móvil, hasta el advenimiento del descubrimiento del cirujano ortopédico Per-Ingvar Branemark, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia).

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El fortuito descubrimiento de Branemark se produjo en 1952 mientras estudiaba la microcirculación del hueso. Al ir a retirar una cámara óptica de titanio, utilizada para la visualización del hueso, Branemark comprobó que la cámara había quedado soldada y que era imposible retirarla. Había nacido la osteointegración.

Hubo que esperar al año en el que el hombre pisó la luna para la publicación, en 1969, del primer artículo científico que explicaba la relación entre el hueso y el titanio.

Desde entonces, la implantología ha supuesto un avance inconmensurable en el tratamiento de los pacientes parcial o totalmente edéntulos.

Universidad de Carolina del Norte. El blanqueamiento dental

En 1992 los dentistas del mundo desarrollado podíamos poner a disposición del paciente infinidad de técnicas que permitían recuperar la salud restaurando y recuperando los dientes perdidos por cualquier causa. Sin embargo, modificar el color del diente seguía siendo difícil de alcanzar y solo se conseguía mediante el uso de técnicas, muchas veces dolorosas, de fotoactivación y aplicación de calor, que podían suponer además un riesgo para la vitalidad pulpar.

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En 1992, Haywood y Haymann, profesores de la Universidad de Carolina del Norte, publicaron en una revista científica de la prestigiosa editorial Quintessence, la técnica que denominaron Walking Bleach. Había nacido la técnica de blanqueamiento dental utilizada desde entonces en el mundo y que ponía al alcance de los dentistas mejorar el color de la sonrisa del paciente de forma segura y sencilla. Era el año en que España disfrutaba de los Juegos Olímpicos de Barcelona y de la Expo de Sevilla. Motivos teníamos para sonreír.

MIT y Sirona Dental Systems, Bensheim (Alemania). La odontología digital

Hemos llegado al futuro. La frase 'Computer aided design' fue acuñada en 1950 por Douglas T. Ross, investigador del MIT. El potencial de esta nueva tecnología era enorme para la industria aeroespacial, militar o automovilística.

El trabajo de investigación de General Motors y más tarde el de Renault permitieron que en 1968 viera la luz el primer sistema 3D CAD/CAM: diseño y manufactura llevado a cabo por ordenador. Precisión, predictibilidad y reproductibilidad eran algunas de sus grandes ventajas.

En paralelo, el mundo se familiarizaba con el nombre de un remoto lugar en California, Silicon Valley.

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No tardó mucho en aplicarse esta nueva forma de pensar y actuar en el campo de la odontología, tras las aportaciones del Dr. François Durt, con el que el equipo de Vilaboa tuvo el honor de compartir escenario en las Jornadas Dentales Internacionales de Niza en el 2015.

Tras el input de Duret, en la década de 1980, en Bensheim (Alemania), vio la luz el sistema CAD/CAM Cerec de Sirona. Nacía la odontología digital.

Pronto, la inteligencia artificial (IA) pasará a formar parte fundamental de los algoritmos que sustentan la programación de la digitalización en odontología.

Nuestro viaje continúa por muchos lugares, lejanos y cercanos, porque son muchos los avances y los nombres propios que han permitido que, en la odontología del 2022, presente y futuro se unan sin conflictos.

Hasta llegar a la extensa variedad de tratamientos dentales disponibles en la actualidad ha sido necesario recorrer un largo camino, repleto de innovación tecnológica.

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