Menú
El sesgo político de los alimentos: ¿a quién votarías si fueras un tomate?
  1. Gastronomía y cocina
  2. Un chef con alma de panadero
Samuel Moreno

Un chef con alma de panadero

Por

El sesgo político de los alimentos: ¿a quién votarías si fueras un tomate?

Berenjenas que votan a la izquierda, zanahorias a Ciudadanos y la carne a la derecha. Se establece una peligrosa asociación entre patrones alimentarios y la intención de voto, pero la verdadera intención es sacar rédito

Foto: El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, visita Matadeón de los Oteros (León). (EFE/J. Casares)
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, visita Matadeón de los Oteros (León). (EFE/J. Casares)

La campaña de las recientes elecciones al Parlamento de Castilla y León ha estado llena de alusiones a la carne procedente de macrogranjas, a los agricultores, a los productores, a la caza y a los productos orgánicos. Y ya que los alimentos han entrado dentro de la campaña electoral, yo me planteé una absurda pregunta: ¿a quién votaría cada alimento?

¿Serán los tomates más rojos que Gaspar Llamazares? ¿Puede un tomate verde ser votante de Vox y al madurar volverse del PSOE? ¿Todas esas zanahorias tan repeinadas serán de Ciudadanos? ¿Serán las berenjenas republicanas? O más difícil todavía: ¿a quién votaría un toro de lidia?

Foto: Foto de archivo de una granja de cerdos. (EFE)

Resulta ridículo este debate, ¿verdad? Bueno. Posiblemente, lo sea, pero vamos a plantearlo desde otro punto de vista: ¿podríamos definir tu intención de voto solo viendo tu cesta de la compra? ¿Tú que crees?

Patrones alimentarios e intención de voto

La política lo inunda todo; podríamos decir que cada uno de nuestros hábitos y comportamientos están politizados. Nuestra forma de vestir, donde vivimos, como hablamos, el coche que conducimos o el colegio al que van nuestros hijos. Casi cualquier cosa podría ser vista como un rasgo de conducta asociado a un ideal político.

Así es que se me ocurrió pensar en cómo afecta esto a nuestros hábitos alimentarios.

Yo me resisto a suponer que podamos ser tan fácilmente segmentables y, más aún, me resisto a admitir que podamos ser tan influenciables. Prefiero creer en una sociedad con criterio propio capaz de tomar sus propias decisiones, independientemente de lo que digan unos u otros.

placeholder Elecciones en Castilla y León. (EFE/Nacho Gallego)
Elecciones en Castilla y León. (EFE/Nacho Gallego)

Pero la verdad es que parece que se están creando patrones alimentarios que determinan nuestra intención de voto.

El consumo de carne roja, carne de caza y productos procedentes de explotaciones intensivas se trata de asociar a la derecha, mientras que la alimentación vegana, lo ecológico y los productos menos procesados a la izquierda. Esto, a mí personalmente, me parece que no tiene ni pies ni cabeza. ¿Qué sentido tiene enfrentarnos por cosas como estas? ¿Acaso si comes unas judías con liebre ya no puedes votar morado? ¿O si tomas ensalada sin pedir de segundo un solomillo ya no puedes votar a la derecha? ¿Imagináis un mitin de Podemos donde sirvan una caldereta de toro a los asistentes? ¿O uno de Vox donde se sirviera humus? No creo que nunca pase ni una cosa ni la otra.

Rédito electoral

Y esto nos lleva directamente hacia las políticas que aplica cada partido en pro de unos u otros intereses. Intereses que, lamentablemente, tienen más que ver con cuestiones de rédito electoral que con parámetros nutricionales, culturales o de sostenibilidad.

Foto: Cosecha de trigo en Moscú. (EFE/Maxim Shipenkov) Opinión

Así las cosas, podríamos pensar que el futuro de nuestra alimentación ya no depende de productores, ni de cuestiones culturales, ni siquiera de nuestra propia salud, sino que se convertirá en un arma arrojadiza más de los políticos. Igual que pasó con las leyes educativas que cambian con cada cambio de gobierno. Tal vez comamos carne durante una legislatura y lechuga en la siguiente.

Y ya que hoy estoy preguntón, me sigo planteando cosas: si tanto valoramos el bienestar de un pollo o de una lechuga, ¿alguien se está cuestionando lo que comen nuestros hijos en los comedores escolares? ¿O lo que se les da a nuestros mayores de comer en las residencias? ¿O a nuestros enfermos en los hospitales?

La alimentación debe ser sana, variada y equilibrada. No de izquierdas o de derechas.

Bon appétit!

La campaña de las recientes elecciones al Parlamento de Castilla y León ha estado llena de alusiones a la carne procedente de macrogranjas, a los agricultores, a los productores, a la caza y a los productos orgánicos. Y ya que los alimentos han entrado dentro de la campaña electoral, yo me planteé una absurda pregunta: ¿a quién votaría cada alimento?

Alimentos
El redactor recomienda