Tener perspectiva
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El verdadero significado del hecho de enamorarse
El amor es un sentimiento que hace posible la vida misma. Un motor esencial que empuja al ser humano a motivarse totalmente. Le corresponde un lugar privilegiado, pues es una experiencia universal que marca la existencia humana
Enamorarse es una forma de amor, pero no una forma cualquiera, sino la más sublime que puede tener un ser humano a nivel natural. Hay dos hechos básicos que predisponen al enamoramiento:
- La admiración: que es la capacidad para asombrarse ante otra persona, que merece la pena y que nos abre un panorama nuevo.
- La atracción, que en el hombre suele ser más física y en la mujer más psicológica. En Occidente se podría decir que el hombre se enamora por la vista y la mujer, por el oído. Al hombre le atrae la mujer al principio por la belleza exterior, y esto tiene una fuerza enorme. A la mujer, en un primer momento, le llama la atención el hombre por su belleza interior, por lo que oye decir de él, por lo que hace, por su personalidad o por algunas de sus cualidades (o por una mezcla de diversos elementos).
La atracción consiste en verse inclinado fuertemente hacia una persona, buscando su compañía y su conversación, intentando conocerla y descubrirla por dentro. La atracción física va seguida de la psicológica, y más tardes la espiritual (o la cultural, si la parcela espiritual es escasa o no existe).
Belleza exterior e interior
La belleza exterior es fácil de captar. Se ve. No hay que esforzarse. En cambio, para darse cuenta de la belleza interior hay que perforar la superficie de esa persona, bucear en su interior y descubrir las virtudes que atesora: armonía, equilibrio, coherencia de vida, orden por dentro, alegría y un catálogo de elementos positivos que nos empujan con fuerza a buscar más y más en esos territorios.
"Del enamoramiento al amor hay una travesía que va de tener hipotecada la cabeza a buscar la felicidad del otro".
La belleza física tiene su especial residencia en la cara. Todo el cuerpo depende de la cara. Lo que más enamora de la cara son los ojos (y ahora con las mascarillas con más razón). Todos tenemos la experiencia de quedarnos prendados, atrapados por unos ojos bonitos que fijan a esa persona.
Enamorarse es encontrarse a sí mismo fuera de sí mismo. Dar con otra persona que nos llena. El enamoramiento es el impulso de tener a la otra persona de forma exclusiva, sin intermediarios. Tú y yo solos nos bastamos. Te necesito a mi lado. No quiero a nadie más con nosotros, porque tú eres el centro de mi vida. Te has ido situando en la entraña del mapa de mi mundo personal: eres el eje que vertebra mi vida en este hoy y ahora.
Camino hacia la eternidad
Amor es el deseo de hacer eterno lo que es transitorio. Ahora, que estamos en los tiempos del coronavirus, conocer y encontrar el amor se hace más difícil si cabe. Nos adentramos en el mundo de la tecnología y las aplicaciones de los móviles, que intentan hacer más accesible el conocer a personas, aunque de un modo que es, a mi parecer, más frío e impersonal. Esto añadido a una época en la que Instagram o Tiktok son tendencias, hace que nos desvivamos por hacernos notar y en ese esfuerzo, perdemos parte de nosotros mismos, siendo más artificiales y menos auténticos, y aunque sea difícil, hay que valorarse a uno mismo por cómo es, sin dejar que otros nos digan cómo debemos ser, o actuar.
También por el mismo motivo, nos lanzamos ciegos hacia nuevas relaciones, que puedan llenar el vacío que nos ha dejado el confinamiento, y el aislamiento que ha traído consigo; siendo éstas, relaciones vacías y sin sentido, que empiezan por el sentimiento de soledad que inunda nuestro ser; pero, aunque lo confundamos, eso no es amor. Hoy en día, hay muchos tipos de amores que tienen poco de amor, y en realidad son pasiones, deseos, intereses… Y el enamoramiento viene de improviso y arrasando. Todo el proceso de enamoramiento está envuelto en un halo de misterio: fascinación y sorpresa, ilusión y deseo de lo mejor.
Admiración y respeto
En cualquier caso, sea en persona o a través de las tecnologías, el amor surge y hay que saber apreciarlo y mantenerlo, cuidarlo y mimarlo. No debemos olvidar que nuestra pareja necesita atención, al igual que nosotros mismos; y en ese sentido ayudamos a que la llama del amor no se extinga. El Diccionario de Autoridades español define el término “llama” como la parte más sutil del fuego, que se eleva y se levanta a lo alto en figura piramidal. El fuego original es el amor, que levanta la llama encendida y refulgente del enamoramiento.
La admiración y el respeto son piezas clave para mantenerse enamorado; seguir valorando al otro por su coherencia y trayectoria, no perder nunca el trato positivo, digno y de calidad, y saber perdonar.
El enamoramiento es una emoción; el amor, un sentimiento. El primero es intenso y apasionado; mientras que el segundo es más sereno y racional. Hay que saber conjugarlos con el paso del tiempo, llegando a la madurez afectiva. En la actualidad, estamos demostrando lo conectados que podemos llegar a estar aun manteniendo la distancia social.
Y aunque tengamos que acostumbrarnos a esta llamada nueva normalidad, el enamoramiento, el amor, y el afecto, necesita del contacto físico… Un abrazo, un beso, una caricia… Cuánto los echamos de menos y qué importantes son en realidad…
No debemos olvidar que el amor es el sentimiento más grande y puro que sentiremos nunca, y que puede llegar a nuestra vida de mil maneras diferentes. No hay amor sin cultura. Del enamoramiento al amor existe una travesía que va de tener hipotecada la cabeza, a buscar la felicidad del otro.
Enamorarse es una forma de amor, pero no una forma cualquiera, sino la más sublime que puede tener un ser humano a nivel natural. Hay dos hechos básicos que predisponen al enamoramiento:
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