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Salud bucal: el poder de la concienciación y la prevención
Sabemos que una mala salud bucal es un factor de riesgo para numerosas enfermedades sistémicas, igual que lo son el tabaco o la mala alimentación
Tener información es fundamental para tomar decisiones. Contar con datos fiables nos permite evaluar nuestra situación, ampliar el punto de vista y nos ayuda a decidir el rumbo correcto para obtener el mejor resultado posible, como individuos y como sociedad. Y los datos hablan muy claro. En el mundo hay más de 3.500 millones de personas que sufren enfermedades bucodentales. Enfermedades con una prevalencia mayor que el resto de las patologías y que tienen un gran impacto en la vida de las personas, tanto a nivel físico como a nivel emocional. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto la salud bucal en el centro de la agenda sanitaria mundial, pero ¿conocemos como sociedad la importancia que tiene para nuestra vida?
Si tomamos un minuto para pensar en la importancia de la boca, enseguida veremos que a través de ella nos alimentamos, cogemos aire o sentimos; con ella, nos expresamos, nos relacionamos y sonreímos. Más allá de sus funciones fisiológicas, es una parte importante de aquello que nos hace humanos. Es, por tanto, un aspecto fundamental de nosotros, de quiénes somos.
"Gracias a los datos que tenemos, sabemos que lo que pasa en nuestra boca tiene un alto impacto en nuestra salud general"
Gracias a los datos que tenemos fruto de la investigación, sabemos que lo que pasa en nuestra boca tiene un alto impacto en nuestra salud general. En la boca habitan de manera natural millones de bacterias que, en un correcto equilibrio, cumplen importantes funciones para mantener nuestra salud. Además, es una de las principales vías de entrada y salida de microorganismos de nuestro cuerpo. Tenemos que entenderla como un ecosistema vivo y dinámico que evoluciona a lo largo de nuestra vida y que cuando se altera, repercute en nuestra salud bucal, y mucho más a menudo de lo que pensamos, también en nuestra salud general.
Sigamos con cifras que nos ayuden a tomar mejores decisiones. El 75% de la población entre 35 y 45 años tiene gingivitis, una enfermedad de las encías que se manifiesta con sangrado o inflamación. Es algo que no hay que normalizar porque las enfermedades de las encías no solo afectan a nuestra boca, sino que aumentan el riesgo de padecer diabetes o patologías cardiovasculares y neurológicas. Si la gingivitis se agrava, da lugar a la periodontitis, una enfermedad más seria de las encías que afecta al 19% de la población y que puede llegar a suponer no solo la pérdida de dientes, sino un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Por tanto, sabemos que una mala salud bucal es un factor de riesgo para numerosas enfermedades sistémicas, igual que lo son el tabaco o la mala alimentación.
En este contexto, hay avances muy positivos en este ámbito, con cada vez más profesionales que consideran la salud de manera holística, integrando a la boca como una parte más del cuerpo que interactúa con él de manera bidireccional. También se está avanzando en políticas de salud pública que incluyen cada vez más esta rama en los sistemas sanitarios, en línea con las directrices que marca la OMS.
Concienciación sobre salud bucal
Pero además de los avances impulsados por organismos, sociedades médicas, profesionales o compañías privadas, hay dos palabras clave para mejorar nuestra salud bucal: concienciación y prevención. La concienciación sobre salud es fundamental para poder cambiar hábitos y estar más sanos. Y actualmente nos encontramos con que el 50% de los españoles desconoce las enfermedades de las encías. Seguramente si las conociera y fuera consciente de su impacto, se produciría una mejora de sus hábitos de higiene bucal.
Está claro que nadie quiere perder los dientes ni ver reducida su calidad de vida. El mensaje es positivo porque esto es posible y podemos conseguirlo si tenemos la salud bucal siempre presente y no vemos la higiene en esta zona como un trámite que nos da pereza, sino como una inversión.
Una etapa crucial para fomentar esta concienciación es la infancia, momento en el que adquirimos los hábitos más fácilmente. Esto quiere decir que, como padres, debemos conocer la importancia que tiene toda la cavidad bucal para nuestra salud y acompañar a nuestros hijos enseñándoles la rutina de higiene bucal completa. Esta labor también debe tener su espacio en la escuela, incorporando las rutinas de higiene como experiencias planificadas de enseñanza y aprendizaje, que conduzcan a acciones voluntarias.
"El 80% de las caries, el problema más habitual de nuestra boca, es de origen interdental"
Y otro dato para fomentar esta concienciación de la que hablamos: el 80% de las caries, el problema más habitual de nuestra boca, es de origen interdental. Por tanto, no tener una buena higiene interdental favorecerá la prevalencia de caries.
La clave está en avanzar como sociedad hacia el concepto de cuidado de nuestra boca y no tan solo de limpieza de nuestros dientes. Después de muchos años poniendo el foco en concienciar sobre la importancia de la limpieza dental, es hora de ir un paso más allá incorporando rutinas de salud completas que incluyan la limpieza de los dientes y de los espacios interdentales, el cuidado de las encías y la adopción de hábitos saludables que prevengan el desarrollo de enfermedades bucales. Afortunadamente, cada vez son más las personas que en lugar de cepillarse los dientes han decidido cuidar su boca de una manera más completa y que cuentan con la información necesaria para mejorar su salud bucal.
El mensaje es positivo: podemos mejorar la salud de nuestra boca si contamos con la información adecuada porque, además, tenemos acceso de manera fácil a productos formulados eficazmente para tener una boca sana.
Los beneficios de invertir en prevención
Los esfuerzos realizados en promoción de salud bucal por parte de los profesionales, sociedades médicas, universidades, gobiernos y compañías privadas, junto a una mejora de los hábitos de vida de las personas, han logrado conseguir un descenso de las enfermedades periodontales, especialmente en aquellos países que han apostado por el enfoque de la prevención.
A nivel mundial, estas patologías se han reducido gracias a medidas de prevención como la mejora de la higiene oral, la reducción del consumo de tabaco y a la mejora de las condiciones de vida. Además, numerosos estudios de economía de la salud demuestran que invertir en prevención significa tener mejor salud y es coste-efectivo. En cambio, si enfocamos la salud bucal hacia el tratamiento, actuando cuando ya tenemos un problema o enfermedad, tendremos un impacto negativo en nuestra calidad de vida y un impacto económico mayor tanto para las personas como para los sistemas de salud.
"La OMS ha marcado la pauta del camino a seguir, priorizando la salud bucal en la agenda sanitaria y ofreciendo indicaciones a los países"
Nos encontramos en un momento crucial de cambio de paradigma en el abordaje. La OMS ha marcado la pauta del camino a seguir, priorizando la salud bucal en la agenda sanitaria y ofreciendo indicaciones claras a todos los países para integrarla en las políticas de salud pública, así como el impulso de campañas de concienciación social.
A través del trabajo que se realiza en nuestro centro de investigación ubicado en Barcelona, el Dentaid Research Center, se han obtenido evidencias sobre la relación de la salud bucal con la general. Por poner un ejemplo concreto, gracias a un ensayo clínico realizado junto a la Fundación Lucha contra las Infecciones y el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa hemos podido demostrar que al hacer enjuagues bucales con colutorios que contienen cloruro de cetilpiridinio (CPC) al 0,07%, se reduce la infectividad de virus y bacterias como el SARS-CoV-2. Así, hemos aprendido que cuidando nuestra boca y apostando por la prevención, estamos cuidando nuestra salud bucal y general.
Como expertos, tenemos el compromiso de facilitar nuestro conocimiento científico para promover la salud bucal de las personas y generar un impacto social positivo. Porque sabemos que tener o no una boca sana lo cambia todo y contar con la información adecuada, también.
Tener información es fundamental para tomar decisiones. Contar con datos fiables nos permite evaluar nuestra situación, ampliar el punto de vista y nos ayuda a decidir el rumbo correcto para obtener el mejor resultado posible, como individuos y como sociedad. Y los datos hablan muy claro. En el mundo hay más de 3.500 millones de personas que sufren enfermedades bucodentales. Enfermedades con una prevalencia mayor que el resto de las patologías y que tienen un gran impacto en la vida de las personas, tanto a nivel físico como a nivel emocional. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto la salud bucal en el centro de la agenda sanitaria mundial, pero ¿conocemos como sociedad la importancia que tiene para nuestra vida?