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En Navidad, las alergias alimentarias no tienen vacaciones
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Victòria Cardona

Lupa Nutricional

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En Navidad, las alergias alimentarias no tienen vacaciones

Esta época del año es una celebración gastronómica constante en la que muchas veces no tenemos ni idea de cómo está hecho lo que nos metemos en la boca. Evitar los riesgos es importante siempre, pero más ahora

Foto: Foto: Unsplash/@heftiba.
Foto: Unsplash/@heftiba.

Llegan las Navidades, unas fechas en las que nos gusta rodearnos de nuestros seres queridos en torno a mesas repletas de comida y bebida.

Es aquí donde los alérgicos y sus familiares no deben bajar la guardia, aunque se esté en familia y se conozca la alergia alimentaria. Más aún en el caso de alérgicos que sufren reacciones muy graves, porque son sensibles incluso a cantidades muy pequeñas de alérgenos.

"Las alergias alimentarias son diferentes a las intolerancias y son conceptos que tienden a ser confundidos"

Productos nuevos, mezclas ingeniosas para agradar a los comensales, esta es una época del año en la que se produce un incremento de reacciones alérgicas debido a una mayor exposición a alimentos altamente alergénicos y, muchas veces, encubiertos.

De hecho, las alergias alimentarias son diferentes a las intolerancias y son conceptos que a menudo tienden a ser confundidos. La alergia alimentaria es una respuesta sobredimensionada del sistema inmunitario, el cual identifica ciertas proteínas de otros seres vivos como perjudiciales, provocando reacciones inflamatorias inmediatas que principalmente afectan al sistema respiratorio, pudiendo provocar graves problemas a la persona.

La gravedad de una reacción alérgica puede variar entre individuos. Mientras que una persona puede necesitar dirigirse apresuradamente al servicio de urgencias más próximo en cuestión de minutos por síntomas potencialmente mortales tras comer un alérgeno alimentario, otra puede manifestar solamente picor en la boca. La reacción puede ocurrir en minutos o unas pocas horas.

En el caso de la intolerancia, las causas se originan en el sistema digestivo, más que en el inmunitario.

Las alergias alimentarias más comunes se originan tras el contacto con la leche de vaca, el huevo, el pescado, las legumbres, los frutos secos, el marisco y las frutas, y en Navidad, se produce un aumento de reacciones con el pescado, los frutos secos y el marisco.

Productos como el turrón, mazapán… pueden llevar ingredientes encubiertos como miel, leche, cacahuetes

Además, es sabido que en algunas personas, el consumo de alimentos a los cuales son sensible, combinado con la ingesta de bebidas alcohólicas o con el ejercicio (como el baile), incrementa las reacciones alérgicas. ¡Y en Navidad, solemos acompañar las comidas con vinos y licores, y en fin de año, muchos acabamos bailando!

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

La prevención de las reacciones alérgicas requiere ciertas pautas a tener en cuenta, tanto si eres alérgico como si eres la persona encargada de confeccionar el menú o servir la comida. En primer lugar, en caso de acudir a algún domicilio, avisar con antelación al anfitrión sobre los alimentos a los que se es alérgico. En caso de acudir a un restaurante, se debe comunicar desde el primer momento y solicitar el documento informativo de alérgenos para poder obtener la mayor información posible sobre la oferta gastronómica y los alérgenos identificados en cada propuesta de menú.

En caso de duda sobre si un alimento puede dar reacción o no, es preferible evitarlo.

Si eres el anfitrión y encargado de preparar el menú de Navidad, es importante evitar las contaminaciones cruzadas. Es decir, evitar que los alimentos alergénicos tengan contacto con los ingredientes de platos para alérgicos, para que no se produzcan estas contaminaciones debidas precisamente a ello. A continuación, se exponen una serie de consejos para evitar las contaminaciones cruzadas:

-Separar los alimentos crudos de los alimentos cocidos o listos para consumir.

-Lavar siempre las manos con agua y jabón antes de empezar a cocinar y entre la manipulación de los alimentos crudos y los listos para consumir.

-En el momento de guardar la compra, colocar carnes, aves, pescados, marisco y otros alimentos en contenedores cerrados separados del resto de los alimentos.

-A la hora de cocinar, usar recipientes y utensilios diferentes para cada producto (fuentes, cuchillos y tablas de cortar) cuando se manipulan los distintos alimentos crudos y cocidos, o bien, lavarlos minuciosamente entre uso y uso.

-Mantener todas las superficies, vajilla y utensilios limpios.

Con todos estos consejos, ¡os deseamos que disfrutéis de las fiestas!

Llegan las Navidades, unas fechas en las que nos gusta rodearnos de nuestros seres queridos en torno a mesas repletas de comida y bebida.

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