Menú
Bloquear la creación de la especialidad de Enfermedades Infecciosas es una grave irresponsabilidad
  1. Tribuna
Alimente

Tribuna

Por

Bloquear la creación de la especialidad de Enfermedades Infecciosas es una grave irresponsabilidad

Los firmantes tuvimos la responsabilidad de dirigir un Servicio o Unidad Asistencial de Enfermedades Infecciosas en Andalucía

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

El descubrimiento de los antibióticos y la generalización de los programas vacunales a mediados del siglo XX crearon tales expectativas que Frank MacFarlane, premio Nobel de Medicina en 1960, llegó a afirmar que “los últimos años del siglo XX serían testigos de la eliminación virtual de las enfermedades infecciosas”. Escasos años después, la eclosión de la pandemia VIH/SIDA aclaró la magnitud de tal entelequia.

Los firmantes de esta tribuna, todos médicos con formación en Medicina Interna, dedicación exclusiva a la sanidad pública y actualmente jubilados, tuvimos la responsabilidad de dirigir un Servicio o Unidad Asistencial de Enfermedades Infecciosas en Andalucía. Las opiniones que vertimos en este artículo solo pretenden dar testimonio de nuestra experiencia acerca de cómo y por qué hubo que crear dichas Unidades, del anacronismo que supone que España y Chipre sean los únicos Estados de la Unión Europea que carecen de una especialidad de Enfermedades Infecciosas y de los riesgos que esto entraña para la sociedad.

Las innumerables infecciones derivadas de la plaga de drogadicción parenteral que conmocionó al país a comienzo de los ochenta, a la que se sumó la pandemia de VIH/SIDA, puso en evidencia la carencia en el sistema sanitario de estructuras y profesionales preparados para hacer frente a una patología infecciosa tan grave y heterogénea como desconocida. Autodidactas por obligación, sin ayuda institucional alguna, tuvimos que aprender a golpe de ensayo y error. Sin solución de continuidad, tuvimos que asumir la atención de las complejas infecciones importadas. Vivimos en primera línea el drástico cambio epidemiológico que ha experimentado la patología infecciosa en los últimos cuarenta años.

Las infecciones habituales de la comunidad han cedido su protagonismo a las infecciones nosocomiales, y los pacientes inmunocompetentes han sido sustituidos en gran medida por pacientes inmunodeprimidos, trasplantados, los sometidos a cirugías complejas, procedimientos invasivos o los portadores de prótesis. En solo tres décadas, pasamos de tratar infecciones por microrganismos sensibles o con resistencias ocasionales a los antimicrobianos a enfrentarnos a bacterias multirresistentes que conducen con frecuencia al fracaso terapéutico y a la muerte de no pocos pacientes.

Foto: Foto: iStock.

Conscientes de que los cambios legales siempre van por detrás de las demandas sociales, los infectólogos españoles publicamos hace 15 años el Manifiesto de Guadalupe, en el que exigíamos a las autoridades sanitarias la regulación de las enfermedades infecciosas como especialidad troncal de Medicina Interna. Era necesario elevar a normal en la política sanitaria lo que a nivel asistencial ya era simplemente normal.

En diciembre de 2010 se aprobó por unanimidad en el Parlamento una proposición no de ley instando a la aprobación de la especialidad de Enfermedades Infecciosas. Como resultado, en abril de 2011, la entonces ministra de Sanidad, Leire Pajín, anunciaba en el Pleno del Congreso que antes del final de año se habría tramitado un real decreto que permitiría la aprobación de dicha especialidad.

En lo que llevamos de siglo se han sucedido gravísimas epidemias, algunas de ellas con carácter pandémico: SARS, MERS, Influenza H1N1, Zika, Chikungunya, SARS-CoV-2 o Monkeypox, con las consecuencias por todos conocidas. En este periodo, hemos conocido a 10 ministros/as de Sanidad, tanto del PP como del PSOE. Recientemente, varios de ellos también garantizaron públicamente el reconocimiento de la especialidad de Enfermedades Infecciosas. Siguen aprobándose nuevas proposiciones no de ley, la última el 24 de febrero de 2022, los exministros cambian de cometido y todo sigue igual. ¿Cabe menor seriedad y rigor político?

En julio de 2022, el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto de Especialidades en Ciencias de la Salud. Ajustándose exactamente a los criterios establecidos, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica solicitó nuevamente la aprobación de la especialidad. Han pasado 18 meses y persiste la desidia y el silencio administrativo. Esta parálisis contrasta con la pregonada necesidad de converger con los estándares de la Unión Europea.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Una especialidad médica es la garantía de la mejor asistencia posible, una herramienta imprescindible para la docencia y el mejor impulso para la investigación y progreso científico. Transcurridos 46 años de la implantación nacional del sistema MIR, nadie pone en cuestión que esta es la vía adecuada para lograr una especialización con garantías.

Los ciudadanos merecen que, en caso de padecer una infección compleja o grave, esta sea afrontada por profesionales bien formados en dicha área. Seguir en la situación actual dificulta no solo la formación, sino el necesario relevo generacional de los infectólogos actualmente en activo. Llegados a este punto, cabe preguntarse: ¿qué obstáculos, dudas o presiones tiene el ministerio para mantener esta iniciativa bloqueada? ¿Es razonable crear un CIBER de Enfermedades Infecciosas en base a la gran importancia y complejidad de esta patología y a la vez negar la especialidad? Si el gasto no representa un problema, porque ya existen en España 107 Servicios/Unidades Asistenciales de Enfermedades Infecciosas, ¿por qué se utiliza este argumento como excusa? ¿Por qué da crédito el ministerio a las falacias corporativistas de algunas especialidades que mantienen el bulo de que la creación de la especialidad de Enfermedades Infecciosas compromete su cartera de servicios y puede fragmentar la asistencia sanitaria?

La actividad de los infectólogos que actualmente ejercen en España siempre ha sido y seguirá siendo cooperativa y transversal. Como ha reiterado la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, las estructuras asistenciales de enfermedades infecciosas están diseñadas y preparadas para atender las infecciones complejas, graves o infrecuentes, para liderar la lucha del uso responsable de antimicrobianos, mantener la docencia y el nivel de investigación que corresponde a una disciplina tan extensa, compleja y relevante. Existen múltiples evidencias que demuestran que el pronóstico de infecciones graves o infrecuentes mejora cuando son tratadas por especialistas en enfermedades infecciosas. Por todo ello, nos parece una irresponsabilidad y una incoherencia que nuestro país sea la excepción y siga reticente a aprobar la especialidad de Enfermedades Infecciosas.

Firmantes:

Dr. Juan de Dios Colmenero Castillo. Fue jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Regional Universitario de Málaga. Málaga.

Dr. José Juan Henández Burruezo. Fue jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Complejo Hospitalario de Jaén. Jaén. 

Dr. José Hernández Quero. Fue jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico Universitario San Cecilio Granada y Profesor Emérito de Patología Médica de la Universidad de Granada. Granada. 

Dr. José María Kindelán Jaquotot. Fue jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y Profesor Titular de Patología Médica de la Universidad de Córdoba. Córdoba. 

Dr. Jesús Gómez Mateos. Fue jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen de la Valme de Sevilla. Sevilla.

Dr. Fernando Lozano de León. Fue director del Plan Andaluz frente al VIH/SIDA y responsable de la Unidad VIH del Hospital Universitario Virgen de Valme de Sevilla. Sevilla. 

Dr. Manuel Márquez Solero. Fue jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga. Málaga. 

Dr. Miguel Ángel Muniain Ezcurra. Fue jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen Macarena y Profesor Emérito de Medicina de la Universidad de Sevilla. Sevilla. 

Dr. Jerónimo Pachón Diaz. Fue jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen del Rocío y Catedrático de Medicina de la Universidad de Sevilla. Sevilla. 

Dr. Ignacio Suárez Lozano. Fue jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva. Huelva. 

Dr. Alberto Terrón Pernia. Fue jefe de Sección del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario de Jerez de la Frontera. Cádiz.

Dr. Manuel Torres Tortosa. Fue jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Punta de Europa de Algeciras. Cádiz.

Dr. Antonio Vergara Campos. Fue jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario de Puerto Real. Cádiz.

Dr. Pompeyo Viciana Fernández. Fue jefe de Sección del Servicio de Enfermedades Infecciosas, Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Sevilla. 

El descubrimiento de los antibióticos y la generalización de los programas vacunales a mediados del siglo XX crearon tales expectativas que Frank MacFarlane, premio Nobel de Medicina en 1960, llegó a afirmar que “los últimos años del siglo XX serían testigos de la eliminación virtual de las enfermedades infecciosas”. Escasos años después, la eclosión de la pandemia VIH/SIDA aclaró la magnitud de tal entelequia.

Salud