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La reforma del Estatuto Marco y la profesión médica del siglo XXI
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Dr. Tomás Cobo Castro

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La reforma del Estatuto Marco y la profesión médica del siglo XXI

Uno de los aspectos más preocupantes es la tendencia a uniformizar las distintas profesiones sanitarias bajo una misma categoría de 'trabajadores sanitarios'

Foto: Concentración de sindicatos médicos en el Ministerio de Sanidad en febrero de 2025. (Europa Press/Diego Ramadés)
Concentración de sindicatos médicos en el Ministerio de Sanidad en febrero de 2025. (Europa Press/Diego Ramadés)

En el debate sobre el futuro de la profesión médica, nos encontramos ante una contradicción difícil de justificar: mientras que la sociedad exige una formación cada vez más extensa y especializada para los médicos, el primer borrador para la reforma del Estatuto Marco puede parecer que avanza en sentido contrario, diluyendo la especificidad de nuestras funciones y la importancia de determinadas actividades médicas dentro del sistema sanitario. Esta paradoja no solo es preocupante para la profesión, sino que puede tener consecuencias directas sobre la calidad de la atención que reciben los pacientes.

La medicina es una de las pocas profesiones que requiere un mínimo de doce años de formación antes de que un profesional pueda asumir de forma autónoma la responsabilidad de un paciente. A lo largo de este proceso, los médicos adquirimos no solo conocimientos científicos y técnicos, sino también una capacidad de análisis, diagnóstico y toma de decisiones que ninguna otra disciplina sanitaria desarrolla con la misma profundidad. Sin embargo, en lugar de reforzar el papel del médico como garante de la seguridad y la calidad asistencial, algunas de las propuestas en curso parecen orientadas a diluir su función dentro del sistema.

Uno de los aspectos más preocupantes a día de hoy es la tendencia a uniformizar las distintas profesiones sanitarias bajo una misma categoría de trabajadores sanitarios. Aunque el trabajo en equipo es esencial y todos los profesionales de la salud son indispensables, es un error conceptual y práctico ignorar que la toma de decisiones clínicas recae sobre el médico, quien asume la responsabilidad última sobre el diagnóstico y el tratamiento del paciente.

Reducir la figura del médico a un trabajador sanitario es peligroso no solo desde el punto de vista profesional, sino también desde la perspectiva de la seguridad del paciente. La medicina no es una disciplina mecánica ni protocolaria; cada decisión debe ser individualizada y basada en un conocimiento profundo de la fisiopatología, la farmacología y la evolución clínica de cada caso. Si esta función se difumina, se corre el riesgo de que la toma de decisiones médicas se vea condicionada por criterios administrativos o políticos, en lugar de por la mejor evidencia científica disponible.

Foto: La manifestación de médicos frente al Ministerio de este jueves. (EFE/Javier Lizón)

En este contexto es absolutamente crucial que los colegios de médicos defendamos la singularidad de la profesión médica y su papel esencial en la toma de decisiones clínicas, evitando que reformas legislativas desdibujen las competencias del médico, poniendo en riesgo la seguridad del paciente.

Muchas especialidades médicas a través de sus respectivas comisiones nacionales han solicitado reiteradamente la prolongación de la formación médica debido a que el mapa de conocimientos y competencias ha aumentado enormemente durante los últimos veinte años y esto debe tener un reflejo real en el reconocimiento del ejercicio profesional, y no una pérdida progresiva de funciones y atribuciones.

Foto: Concentración de los sindicatos médicos. (Europa Press/Diego Ramadés)

Si la medicina sigue especializándose, si los años de formación aumentan y si la complejidad del conocimiento médico crece cada vez más, lo lógico sería que el reconocimiento y la autonomía de los médicos se reforzaran. Sin embargo, estamos viendo lo contrario: una creciente burocratización de la medicina, una tendencia a equiparar funciones que no son equiparables y un intento de diluir la autoridad del médico en la toma de decisiones clínicas.

Evolución de la medicina ligada al rigor

La medicina ha evolucionado a lo largo de la historia porque ha mantenido su rigor y su independencia. Si permitimos que la profesión se desdibuje, estaremos comprometiendo no solo el futuro de los médicos, sino la calidad de la asistencia que recibirán las próximas generaciones de pacientes.

Es fundamental que promovamos un ámbito de diálogo y negociación en el que, desde la serenidad y el conocimiento, trabajemos en propuestas que reflejen la realidad de nuestra profesión y que esta se plasme en un estatuto marco del siglo XXI.

* Dr. Tomás Cobo Castro, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM).

En el debate sobre el futuro de la profesión médica, nos encontramos ante una contradicción difícil de justificar: mientras que la sociedad exige una formación cada vez más extensa y especializada para los médicos, el primer borrador para la reforma del Estatuto Marco puede parecer que avanza en sentido contrario, diluyendo la especificidad de nuestras funciones y la importancia de determinadas actividades médicas dentro del sistema sanitario. Esta paradoja no solo es preocupante para la profesión, sino que puede tener consecuencias directas sobre la calidad de la atención que reciben los pacientes.

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