Alopecia areata: el síndrome (viralizado) que sufre Jada Pinkett Smith

¡Menudo guantazo que se llevó en la noche de los Oscar Chris Rock por bromear sobre la alopecia de la mujer de Will Smith! Hay muchos tipos de alopecia, pero la que sufre la agraviada Jada se llama alopecia areata.

La reina consorte de Francia, María Antonieta de Austria, también sufrió esta enfermedad, y dio lugar al síndrome de María Antonieta. Cuenta la historia que la reina se despertó el día de su ejecución en la guillotina con el cabello completamente blanco. Lo que ocurrió en realidad es que, debido a la situación de estrés, tuvo un brote de alopecia areata y de forma brusca perdió los pelos oscuros, manteniendo las canas que son más resistentes a los brotes agudos. Y parece ser que no fue la única: a Tomás Moro, humanista inglés, le sucedió lo mismo antes de su ejecución en la Torre de Londres en 1535.

Opinión

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Dr. Ricardo Ruiz Rodríguez

La alopecia areata es una enfermedad autoinmune, es decir, que las propias defensas del paciente 'rechazan' su propio pelo, apareciendo 'calvas', normalmente circulares, en el cuero cabelludo (por eso se llama areata).

Es muy importante descartar un problema de tiroides asociado que aparece casi en un 20% de los pacientes con alopecia areata. También se asocia en ocasiones a la enfermedad celiaca, diabetes o artritis reumatoide, todas ellas enfermedades autoinmunes.

En ocasiones, el paciente con alopecia areata tiene antecedentes familiares de la enfermedad, por lo que parece que puede existir una predisposición genética.

¿Tiene solución?

La evolución de la enfermedad es bastante impredecible y muy variable. Se ha demostrado que el 50% de los pacientes recuperan el crecimiento del cabello en la zona afectada en menos de un año sin ningún tipo de tratamiento. Aproximadamente el 10% de los enfermos tienen afectación severa o muy severa. ​En ocasiones, este tipo de alopecia afecta todo el cuero cabelludo e incluso otras partes del cuerpo como cejas y pestañas, denominándose entonces alopecia universalis. En estos casos, la afectación psicológica es muy grande.

La alopecia areata es una cura de humildad para los dermatólogos, ya que, a día de hoy, no disponemos de tratamientos curativos al 100%. Pero sí hay una serie de tratamientos que pueden ayudar a mejorar la alopecia:

• Desde el punto de vista externo o tópico, lo mejor es el uso de minoxidil y corticoides.
• Las infiltraciones de corticoides van muy bien siempre y cuando la afectación sea de menos del 50% del cuero cabelludo.
• Las cejas responden muy bien a las inyecciones de corticoides y deben tratarse rápidamente, ya que el paciente se ve y se siente mucho mejor.
• Las pincelaciones con difenciprona, que causa una alergia controlada en la zona sin pelo, producen resultados satisfactorios en un buen número de casos.
• Los corticoides orales y otros inmunosupresores solo deben usarse en casos excepcionales.
• El sol ayuda a detener el proceso. En ocasiones recomendamos cabinas de fototerapia similares a las que usamos en pacientes con psoriasis o vitíligo.
• Hay esperanza: se encuentran en fases muy avanzadas ensayos clínicos de un grupo de fármacos nuevos denominados 'inhibidores de la vía JAK' que están produciendo resultados interesantes en casos resistentes.

En resumen, la alopecia areata es una enfermedad autoinmune, de curso impredecible, que puede producir importantes repercusiones en la calidad de vida del paciente. En nuestras consultas de salud capilar de Clínica Dermatológica Internacional y del Hospital Ruber Internacional de Mirasierra es la segunda causa más frecuente de pérdida de pelo entre nuestros pacientes. La dermatología moderna dispone de tratamientos que ayudan a controlar en ocasiones la enfermedad. Hay grandes esperanzas en nuevos fármacos que van a salir al mercado próximamente y prometen resultados interesantes.